viernes, 25 de mayo de 2018

CRISIS DE LA EDUCACIÓN PARTE X


PEDAGOGÍA PARA LA TRANSFORMACIÓN. Parte X
-Crisis de la educación: causas y soluciones-
                                                                Por Carlos Villacorta Valles
                                                                       odesi12@yahoo.es






3.3. Transformar las instituciones educativas, de intelectualistas, en centros de enlace entre teoría y práctica y, desarrollar el carácter científico de la enseñanza y el aprendizaje

El problema fundamental de la educación es el conocimiento. Educación y conocimiento son un proceso único y unitario. Se conoce y se educa, se educa y se conoce; pero, para que haya efectividad educacional, el que aprende debe saber utilizar sus conocimientos y llevarlos a la práctica, es decir aplicarlos. No basta saber lo que  es bueno, sino y ante todo, nos debemos volver buenos.

      Paradójicamente somos científicos en nuestros razonamientos, pero medievales, feudales, escolásticos y clericales en la práctica. Buscar la coherencia entre nuestra teoría y nuestra práctica, debe ser la tarea prioritaria de las instituciones educativas y sobre todo en las universidades que cada vez investigan menos.

      Hasta estos momentos sólo es teoría, le falta la práctica. Y, si esto es así, sólo enseñamos juegos artificiales que brillan en el aire con multitud de colores y al llegar a tierra se diluyen. Lo teórico y lo práctico deben estar sólidamente unidos. Si es sólo práctico, no tenemos norte ni un camino trazado, entonces caminamos a ciegas. La valiosa unidad de teoría y práctica es la verdad, y la realidad del proceso de enseñanza y aprendizaje es la educación desenvolviendo la verdad y la realidad.

      La unión de teoría y práctica es un principio didáctico fundamental. Teoría que no haya sido comprobada por la práctica no tiene valor cognitivo. Entonces la práctica es fuente fundamental de la teoría: Práctica-teoría, nuevamente práctica y otra vez teoría; práctica-teoría-teoría-práctica; eh ahí el ciclo vital fundamental del conocimiento, siempre produciéndose en niveles superiores. Siempre la contradicción del conocer y el no conocer, el de practicar y conceptuar. De ahí que es importante que el maestro ponga a sus alumnos en forma permanente en contradicción de lo que sabe con situaciones donde tiene que aplicarlos, y, si son situaciones donde le sea difícil aplicarlos, de acuerdo al contexto donde vive y la realidad del país, mucho mejor; de tal forma que luche y descubra la aplicación de lo que conoce en situaciones nuevas y de esa práctica extraiga ideas nuevas, conceptos nuevos, después de haber reflejado profundamente esa realidad en su conciencia. Validamos entonces que la práctica es el inicio y el fin del conocimiento. Enseñar así es aproximarnos profundamente a la verdad, al conocimiento científico, al pensamiento científico.

      En el devenir, sólo el conocimiento científico, el pensamiento científico son factores de desarrollo y transformación, porque son validados por la práctica.

      Si la educación se ajusta a las leyes de la ciencia, y, sobre todo a nuestra realidad, entonces es fructífera, de lo contrario se da en el aire, es anticientífica.

      La regla fundamental entonces para desarrollar una enseñanza y aprendizaje científico es que: Lo cognitivo no debe estar en contra de la ciencia. Significa esto que, al estudiante se le debe mostrar siempre en forma real y objetiva la realidad. Desde educación inicial debe mostrarse las cosas tal como son. Pero ¿la fantasía?… ¡Cuidado! Una cosa es tener fantasía que es el grado superior de la imaginación para crear y producir y otra muy diferente es sugerirles cuestiones irracionales, por el supuesto de que son “chiquititos” como eso de que: “Los juguetes los trae Papá Noel”, “el duende te va a llevar”,  etc. Que son la degradación de la imaginación y su correspondiente anulación científica.

      Un buen ejemplo de enseñanza y aprendizaje científica sería lo siguiente: Generalmente se enseña los números en la pizarra o en el papelote, entonces se conjugan momentos para que el niño los aprenda de memoria. Pero, qué pasa si se les muestra y se utiliza objetos visibles, tangibles y que se relacionan con la cantidad que se desea  enseñar. Ello es una representación científica de que el número existe como símbolo porque existe la cantidad de objetos en el mundo real. La interiorización es mucho más profunda. La fantasía del símbolo numérico se vuelve real. Aprovechamos su fantasía, su imaginación para hacer ciencia. Es lo que se llama, tratar correctamente la fantasía.

      Es fundamental no temer a la verdad, la verdad es científica. Si buscamos enseñar siempre la realidad o en base a la realidad, estamos liberando a la verdad que todavía nos duele porque estamos generalmente en contra de ella sin darnos cuenta.

      El peor error de los gobernantes de un país, es seguir planteando los cambios educativos de acuerdo a los cambios mundiales. Su visión, fines y objetivos por tanto no le van a corresponder, los cuales nacen precisamente después de un exhaustivo análisis y síntesis del respectivo país o sociedad que queremos cambiar. Porque, pretender cambiar nuestro país pensando en otro es absurdo. Incluso comprobamos que, lo que en nuestro país es novedad o presente en los “desarrollados” ya es pasado.

      Los cambios mundiales son referentes para el cambio pero no determinan. Son nuestros problemas y necesidades que deben proponernos las propuestas de cambiar. Eso es darle un carácter científico a nuestro sistema educativo. “Renovar” leyes y normas educativas con los clichés de los cambios mundiales no significa absolutamente nada. Sólo más alienación. Las leyes, normas y decretos no resuelven nada por sí solas.

3.4. Transformar este mundo artificial de valores en experiencias prácticas liberadoras

“Sembremos valores” es la respuesta a la “crisis de valores” que se habla en demasía actualmente en nuestro país. Pero ¿Qué son en realidad los valores? No parece existir una respuesta concreta. La más cercana podría ser que, son nuestras creencias, comportamientos, principios y cualidades traducidas a la práctica por una conducta moral-ética, producto del razonamiento del bien y el mal que nos brinda la realidad.

      Si esto es así, los valores forman parte de la ideología y, como tal forman parte de la superestructura social que tienen como base la estructura que es lo económico y, por tanto también pertenecen a la política. Quiere decir que los valores son un problema ideológico y político, que responden a un modo de ser de la sociedad en un momento histórico concreto determinado y, como consecuencia, los valores son manejados también por los que controlan el poder económico. La TV es el principal instrumento.

      Por ejemplo, los valores de la sociedad tawantinsuyana, fueron de trabajo comunitario, de ayuda mutua y solidaridad. La clase dominante inca no mataba de hambre a su pueblo, menos a sus niños y ancianos. Siempre recibían de acuerdo a sus necesidades y quien sabe de acuerdo a su capacidad. Es decir la vida humana en el Tawantinsuyo tenía un sentido de protección, seguridad y preservación.

      La invasión genocida de los españoles, fracturó estas expresiones valorativas genuinas, imponiendo nuevas formas de vida y valores extraños al Tawantinsuyo como: La ambición, el individualismo, el egoísmo, la irrespetuosidad, la deslealtad, el desprecio a la vida humana, las injusticias, la desigualdad, la exclusión, la malicia y la curiosidad morbosa; dando inicio a la crisis de valores y sobre todo al incumplimiento de los valores por parte de la casta virreinal que se instauró en el poder.

     Posteriormente, la independencia y la República, sólo afinan esta crisis de incumplimiento de valores, porque no resuelven el problema del país y de la sociedad que está basada sólo en conseguir dinero olvidándose de lo humano.

      El capitalismo que desarrollan con la independencia, subyugada totalmente al capital privado internacional, primero inglés, ahora estadounidense, nunca ha valorado al ser humano más que al dinero y su ambición desmedida.

      Nos hacen vivir un cuadro falso de la realidad, entre la mentira y las medias verdades. Los gobiernos de turno  que los representan, se encargan de poner los ejemplos en carne propia. Se llenan la boca de valores y promesas y son los primeros en no cumplirlos.

      Entonces, el problema no está en la falta de valores, sino en el tipo de valores que implementa el capitalismo y, la famosa “crisis de valores” no es más que el cuestionamiento a esos valores que hacen peligrar sus ganancias y buena vida a costa de los demás.

      Por tanto, lo que se descompone y se pudre es el capitalismo, dando paso a ese hedor repugnante de antivalores, por su propia incompetencia de cumplir los propios valores que pregonan, quedando como un eco mentiroso que sale del fondo del abismo negro de su ambición, eso de que “Estamos construyendo la democracia”. Falsos virtuosos al decir de Saramago.

      Los principales valores que el ser humano debe cumplir son: Investigador, solidario y comunitario. Los demás interactúan con lo señalado. Por ejemplo, el investigador tiene que ser puntual, responsable, creativo; el solidario tiene que ser bondadoso, humilde, generoso, franco y leal; el comunitario tiene que abrigar en su corazón el respeto, el amor, contra el individualismo y el egoísmo, tiene que ser trabajador y apegado al trabajo colectivo, aspirando siempre el bien para todos.

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