sábado, 24 de febrero de 2018

POR UNA EDUCACIÓN TRANSFORMADORA -Parte II-


Por una educación transformadora. –Parte II-
                                                                                                   Por Carlos Villacorta Valles
                                                                                                       odesi12@yahoo.es


La educación es el instrumento de manipulación, control y distorsión de la realidad más poderoso del capitalismo, después de la TV. Ya no cargamos cadenas físicas, sino cadenas mentales, que somete a la inocencia, como una turba que perturba el desarrollo de nuestros niños y jóvenes y nuestro pueblo. Mire usted, estamos en la “era del conocimiento”, “de la información”  de las grandes “ferias internacionales” y “nacionales” del libro, pero, los libros cuestan caro, por el fetichismo del mercado.  Hay el descaro de robar el tiempo, el conocimiento y hasta la vida de los que menos tienen.  Monopolizar los medios de difusión y sólo informar un tercio de la palabra, porque los pobres pueden malinterpretar las cosas y rebelarse injustamente; por eso apenas es un ruido la educación y cultura de nuestro pueblo. Donde todos somos responsables de la crisis menos el sistema, porque eso sería injusto. Es de puro lamentar. Además, a nadie le debe importar si copiamos e implementamos modelos pedagógicos de otras realidades, porque nadie se dedica a pensar y plantear nuestra realidad. Si somos pobres también en ideas pedagógicas, no es problema del sistema sino de los maestros. ¿Impudente impostura capitalista? O ¿“Viveza criolla”?.

¿Qué estoy “amargado y resentido”? ¿Qué soy un “antisocial”? ¿Qué soy un “terruco”? Categóricamente ¡NO! Busco ser auténtico, no hipócrita. ¡Claro! En este sistema es difícil. En el Perú, la hipocresía se vende en frascos elegantes y etiquetados.

Que, al mencionarse la frase: “La educación en el Perú”,  los corazones sensibles y las mentes lúcidas, seguramente la imagen primera que verán será el de unos niños peruanos que estallan de angustia al comprobarse en el último lugar en aritmética y comprensión lectora en Latinoamérica; ¡Y eso! Siendo los primeros en su país; se sentirán más oscuros y se mostrarán más moraleja en el espejo peruano. Querrán saber por qué. No se imaginan que la realidad nos está cobrando la deuda por no corresponderla y porque le pretendemos imponer modelos ajenos. Ellos son sólo víctimas del sistema así como sus maestros. La “reforma educativa” como “modernización” decretada en 1990 para resolverla, es otra víctima, nace muerta, vestida de harapo presupuestario, y, se la carga sobre los hombros de los docentes.  Es un “muerto” más que camina por los pasillos de la educación. ¿Acaso podría ser también una “viveza criolla”? ¿Tanto puede durar una reforma?

El Perú es  un inmenso cementerio de “vivos”. Mira tú mismo y compruébalo, te encontrarás  más de una sorpresa.
    
            ¿Cómo redimirnos educativamente?

Sólo un nuevo sistema -llame como se llame-, pero que sea justo, equitativo y comunitario, podrá redimirnos educativamente. No esperarlo, ir forjándolo poco a poco, desde nuestra mente. Todo lo que hacemos debe estar en función de desenmascarar este injusto sistema que vivimos, desmontar sus calumnias en contra de la nueva sociedad. Que, el principio básico de la verdadera nueva educación es cumplir una intensa labor ideológica como condición indispensable de la transformación estructural de la sociedad, cumpliendo pasos previos, sino, no sirve para nada, a no ser para mantener el sistema vigente. Sus postulados e ideales deben ser tomados de la realidad objetiva investigada; de la historia de nuestras vidas y contrastados también con la realidad  y nuestras propias vidas nuevamente; con una concepción, dirección y conducta científicas, encaminados a todo tipo de desarrollo, poniendo como eje central al ser humano, al desarrollo humano, no al dinero.

Se trata también de restablecer el equilibrio en el debate en contra de la persecución por las ideas para acallarlas, inmovilizarlas y someterlas a la quietud, terruqueándonos por todo. El mundo es libre nos dirán; las leyes proclaman la “libertad de expresión”. ¡Claro! Siempre y cuando sean a favor del sistema. La libertad es el disfraz del capitalismo y su intocable propiedad privada.

Casi me es imposible escribir con alegría, lo que necesitamos con angustia y gritos en educación. En estos tiempos en que el valor de la palabra o el significado de las mismas se distorsiona, se reemplaza una por otra para defender y mantener intereses; donde se ataca en forma difamante a las personas y no a las ideas; donde se terruquea por todo; donde elegir ser maestro es escoger el espacio bañado de la indiferencia y hay que aprender a morir en la más absoluta miseria, porque el sistema te explota y exprime y te vota luego como chatarra vieja al desolado y paupérrimo destierro de la jubilación. Por ello, es de gran responsabilidad de los maestros, o vivir en los extremos de la fatalidad o luchar por nuestra redención, estudiando y diciendo tal como son las cosas.

Actualmente, ya nadie puede negar cómo la educación está ligada e interactúa íntimamente con la economía, la política y la ideología.

Así como nadie puede negar que vivimos una economía, política e ideología capitalista, por tanto educación capitalista. En ese sentido, nos toca vivir y trabajar, adquiriendo y desarrollando una conciencia dialéctica y la forja de  ideología y política con los principios de José Carlos Mariátegui, Cesar Vallejo, José María Arguedas, Javier Heraud, etc. ¡Uy! Dirán los globalizados, globalizadores y defensores de este sistema, con una yanquizada estupidez beligerante: “Estas atrasado 80 años”. Digo yo, no les hagamos caso, simplemente están repitiendo como loros lo que enseñan los ideólogos burgueses y aburguesados, llevándonos a un castigo sin crimen; permitiendo que el Perú siga siendo un mórbido montículo de esperanzas acribilladas, llena de temores y vergüenzas, de sólo renegar y no hacer nada, de memoria olvidada y que no quiere recordar.

Dice Galeano en uno de sus hermosos artículos de “Memorias y Desmemorias”:

   “La memoria del poder no recuerda. Ella justifica la perpetuación del privilegio por derecho de herencia, otorga impunidad a los crímenes de los que mandan y proporciona coartadas a su discurso, que miente con admirable sinceridad”.

Una educación transformadora, nos exige pues, que, Tenemos urgencia también de recuperar nuestra memoria. En estos tiempos es fundamental crecer como humanos y como intelectuales científicos. Hay que aprovechar que por ahí todavía nos queda un atisbo de nuestra razón. Y, a seguir forjando la conciencia renovada, científica y transformadora, no basta dejar el ejemplo de una vida sacrificada. Además de tu lucha diaria y consecuente, deja un escrito de tus denuncias, penurias y esperanzas; no importa si sabes escribir o no, pero si no puedes ¡Estudia más!, ¡Combate el sistema! Resiste las intrigas y calumnias  y tantas sandeces que inventa la burguesía para callarnos. Resiste y cuenta, y sigue contando, pero sobre nuestras verdades; con el amparo del nuevo pensamiento científico; nuestra verdadera vida de penurias hasta reventar la otra mente y quedarte con la tuya. Al decir de Vallejo, “con la cólera del pobre que tiene acero puro contra dos puñales”. Entonces ¡Si podrás! No hay otra forma de ser un auténtico  y culto ser humano en la época que vivimos.

Sin embargo, cumplo en informarte que: El padre Gutiérrez de la Teología de la Liberación fue obligado a dejar el clero seglar y ahora le vemos como dominico. Alguna vez el brasileño Helder Cámara diría “si doy comida a los pobres, ellos me llaman santo. Si pregunto por qué no tienen comida, me llaman comunista” ambos perseguidos y silenciados. El sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal fue amonestado en público por el Papa Juan Pablo II por sus actividades libertarias; saludó a todos, menos a él, y delante de todos. El sacerdote salvadoreño Oscar Arnulfo Romero fue asesinado por estar de lado del pueblo. Una de sus últimas acciones fue impedir que EE.UU. siga enviando millones de dólares a los “escuadrones de la muerte de El Salvador”: Escribió una carta al Presidente de ese país Jimmy Carter, invocándole por la Paz. Dos semanas antes de ser asesinado dijo a un periodista: “Si ellos me matan, yo volveré a nacer en el pueblo salvadoreño”.  Así millones y millones de personas son silenciadas física y verbalmente por el  sistema y sus agresivos e intrigantes defensores; pretendiendo esconder su final. Mientras unos pocos disfrutan de los beneficios.

Una educación transformadora nos exige asumir el firme compromiso de continuar en la forja de una sociedad mejor; jamás ser cómplices del repugnante silencio ¡No puede ser! A la suma de medias verdades y abiertas mentiras, agregar elocuentes silencios ¡No puede ser! Tenemos que reaccionar y vencer el miedo y la indiferencia. Si eres defensor del sistema silenciosamente, con tu indiferencia o, a voz en cuello y, lo peor,  sin tener nada. ¡Corrígete! La mayor de las traiciones es la indiferencia.

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